La palabra vocación muchas veces la relacionamos con una actividad de vida o muerte, puede que la sintamos como una palabra de gran fuerza y de cierta forma lo es. La vocación es una fuerza interna muy potente que nos guía a dedicarnos a algo o tener un estilo de vida en específico y es una palabra que al momento de elegir carrera muchos tememos no encontrar.
Sin embargo, en mi caso yo ya sabía desde mi adolescencia que me quería dedicarme a algo del entorno creativo, desde muy pequeña me encantaba la idea de crear, dibujar y escribir eran actividades que realmente sentía que me llenaban internamente. Mas nunca hasta el último año de colegio había pensado seriamente a que me dedicara y claro la gran temida pregunta llego: ¿Qué quieres estudiar? Aquella pregunta que siempre que conoces a alguien o en recuentros la soltaban, no pasaba día en el que no me lo cuestionara.
Lo único que sabía en ese entonces es que debía ser algo que yo amara, que me encantara, para ese entonces lo único que sabía que me gustaba y amaba con claridad era: dibujar, escribir, caricaturas y anime. Para aquellos años yo realizaba un “diseño” amateur en base a mis gustos, participaba como editora en páginas de fandoms, hacia portadas para historias en comunidades de escritores de facfics, fanarts, Oc´s, todo relacionado con ese rincón de internet freak. ¿Quién diría que en ese pequeño rincón encontraría mi vocación?
Hasta mis 17 años yo decía que estudiaría una carrera relacionada con la publicidad, inclusive ya tenía la universidad, simplemente lo decía porque la cuestionaste era constante me estresaba día con día. Sin embargo, cierta noche me sincere conmigo misma y busque seriamente, investigando y leyendo todo tipo de experiencias. Hasta que finalmente encontré la carrera gracias a una creadora de contenido que se relacionaba mucho con el mundo del anime, con apoyo de mi familia pude reunirme con el jefe de carrera de diseño gráfico de cierta universidad. Esa reunión fue determinante, ame las materias, ame lo que se hacía en el campo, me encandile con todo. Desde ese momento supe que quería ser diseñadora.
Hasta el día de hoy estoy contenta con esa decisión, cada día que diseño ya sea una revista, un empaque, una marca o que ilustro alguna cosa lo disfruto
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